Branding: La marca no es sólo un nombre
La marca no es solamente un distintivo de producto o servicio, en la actualidad, es mucho más, es una garantía de calidad, de servicio, de atención al cliente, de respeto del medio ambiente, de compromiso con la sociedad. Identifica a toda la organización provocando emociones, sensaciones y sentimientos. Por esta razón, construir una marca se ha vuelto una labor costosa y que requiere de esfuerzos constantes y dilatados en el tiempo.
A pesar de la importancia de un buen branding, nos sorprende ver la cantidad de empresas que una vez elegido el nombre para la misma, se olvidan de seguir trabajando en dotar a esa marca de todas aquellas cualidades que la distinguen. La marca es la base de la ventaja competitiva y de la diferenciación de la empresa.
La personalidad de la marca será la que defina el comportamiento del cliente. El éxito dependerá de factores como tener claro qué valores queremos transmitir con esa marca, y elegir los medios de comunicación que más favorecen esos objetivos.
Para definir esa estrategia, es importante comenzar por el análisis de nuestras debilidades, fortalezas, oportunidades y amenazas. Sabiendo cuál es el punto de partida, qué escollos podemos encontrarnos en el camino y dónde queremos llegar y qué queremos transmitir, podremos definir más correctamente la estrategia.
Un factor importante a tener en cuenta es considerar la marca como un ser vivo. Para que la marca transmita aquello que nos hemos planteado, debemos entender que es necesario hacer que se adapte a los cambios, debemos hacerla evolucionar sin provocar rupturas con los seguidores de la misma.
Esto precisamente nos lleva a definir la marca como la visión que los propios clientes tienen de ella. Si la definición que nosotros hemos tratado de generar no es acorde a lo que el público está percibiendo, tendremos serios problemas. El público debe sentirse identificado con los valores que la definen, de lo contrario, se producirá la ruptura entre consumidor y marca.
Nosotros podremos elegir cómo llamarnos, pero serán los clientes quienes marcarán la pauta de cómo nos identifican y con qué nos asocian. La comunicación entre ambos no debe romperse en ningún momento, de lo contrario, la empresa comenzará a levitar y de ahí, a salirse del mercado, no habrá más que un paso. Los social media son aquí el aliado perfecto para establecer esas vías de comunicación. Las personas anhelan contarnos qué esperan de nosotros y, nuestro deber es escuchar sus sugerencias, contestar sus comentarios, aceptar sus críticas y mejorar los resultados, convirtiendo a esos consumidores en el motor del propio cambio.
Fuente: Iniziar