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Cualidades de un buen vendedor

Sin importar el giro de tu negocio, te interesa vender. Entonces, rodéate de vendedores de éxito. El elemento que dispara a un negocio es su fuerza de ventas. No importa si se tienen productos y servicios ganadores, si el talento en el área comercial es limitado, lo más probable es que los resultados también lo sean.

Pero, ¿cómo elegir a un buen vendedor? Aquí algunas sugerencias clave para poder identificarlos:

1. Tiene un alto nivel de socialización y además calidad en sus relaciones interpersonales
Relacionarse es una habilidad. Particularmente los vendedores necesitan saber cómo establecer contacto desde cero con personas desconocidas. Lo básico puede radicar en una actitud extrovertida y con fluidez de conversación, pero eso no es suficiente. Normalmente son personas que atienden a distintos compromisos sociales.

Asimismo, les gusta estar en contacto. Suelen “ser agradables”, y es la suma de su imagen, trato, temas y maneras de conversación y en especial la empatía con la que se puede conectar con las personas. Como clientes siempre preferimos a alguien que nos simpatiza. Es un peso en la balanza a su favor.

Complementario a lo anterior, si sabe estar al pendiente de sus relaciones y logra establecer vínculos se convertirá en el vendedor favorito de todos sus clientes. Pregúntate, ¿Yo le compraría su producto sin dudarlo? ¿Me simpatiza?

2. Constantemente se mantiene informado y actualizado sobre su producto y el mercado
Un vendedor profesional se documenta y domina lo que vende. También se entera de los productos o servicios similares que están en el mercado, los precios, procesos, tiempos de respuesta, características de los clientes y competidores. Permanece alerta a los cambios, actualizaciones y fenómenos que pueden afectar su venta.

Lo anterior es notable cuando su retroalimentación a la compañía que pertenece aporta datos e información para lograr mejoras y anticiparse a cambios, así como a nuevas oportunidades. De igual manera, sus ventas se logran en gran medida por ser un experto asesor para el cliente.

Para identificar este rasgo, es bueno preguntarle cosas como:
¿De qué manera obtienes toda la información sobre tu producto? 
¿Qué conoces de tus competidores y cómo obtienes esa información? 
¿Cómo asesoras de manera completa a un cliente? 
¿Cómo llevas tu dominio técnico del producto para enfrentar las objeciones de un cliente ante tu venta?

3. Su habilidad para prospectar es visible
Es cierto, hay muchos vendedores en el mercado. La realidad es que no todos saben vender. Hay quienes pueden tener muy desarrollada la habilidad para administrar y desarrollar cuentas ya existentes, sin embargo, no logran un resultado favorable al momento de buscar, generar y cerrar nuevas oportunidades de negocio.

Lo recomendable es siempre elegir personas que tienen el hábito de buscar de manera constante, disciplinada y sobre todo sin temor a nuevos prospectos. Es decir, casi siempre (1) identifican posibles industrias, empresas y oportunidades para ofrecer servicios, (2) buscan los contactos precisos, (3) realizan cientos de llamadas en frío, (4) y generan múltiples citas. Este tipo de vendedor prefiere el beneficio de un jugoso esquema de comisiones a la aparente comodidad de un salario base. Son personas persistentes, que no temen hacer llamadas en frío y tienen la energía para atender distintas citas durante el día.

Siempre pregunta a un vendedor: ¿Cómo consigues clientes? La respuesta debe integrar unainvestigación dedicada, pero también el empuje y motivación para contactarlos y salir a buscarlos sin caer en la frustración ante los rechazos.

4. Un buen vendedor muestra un alto nivel de organización y seguimiento
La agenda de un buen vendedor es sagrada. No sólo en el orden y clasificación de sus contactos, sino en el cúmulo subsecuente de acciones a un primer contacto con el cliente. Ejemplos de esto son: llamadas de seguimiento para cerrar una venta, acompañamiento también durante el proceso de la entrega de un producto, así como fechas significativas donde es conveniente reforzar el contacto y la relación (en ocasiones cumpleaños, fechas festivas, temporadas de comercialización fuerte).

La acción en el tiempo correcto es crucial. De nada es útil alguien que llama al cliente una vez que se enfrió su intención de compra. En este punto es recomendable indagar temas como: 
¿De qué manera está organizada tu agenda para atender a tus clientes? 
¿Puedes describirme tu programación de llamadas y citas en corto y largo plazo? ¿Qué factores consideras para realizar llamadas de seguimiento? 
¿Cada cuánto y por qué las realizas?

5. Apoya y facilita los procesos internos
Diversos autores destacan los grandes beneficios que tiene un vendedor que apoya los procesos y a la gente detrás de su labor. A partir de facilitar y reconocer el esfuerzo de todas las áreas involucradas en generar el  producto de su venta, consigue un mejor servicio interno que se traduce en más apertura, mejores tiempos de respuesta, mayor calidad, compromiso y sensibilidad con sus clientes.

En este rubro es conveniente explorar lo siguiente:
¿Puedes describirme tu relación con las áreas operativas? 
¿Qué problemas frecuentes tienes con ellos? ¿Cómo los has resuelto?
¿Qué hacen en tu organización para reconocer el esfuerzo de las demás áreas? ¿Cómo participas en ello?

Un comportamiento que puede ejemplificar lo anterior lo vemos en aquellos vendedores que asumen el resultado como un trabajo de equipo y que, ante éxitos o errores, siempre hacen mención de la responsabilidad conjunta. Es decir, sin buscar culpables o adjudicarse todo el mérito.

6. Muestra flexibilidad y actitud para resolver en beneficio del cliente y la compañía
Inevitablemente el vendedor es un mediador entre el cliente y la empresa. Los que tienen oficio muestran una apertura a brindar la mayor cantidad de alternativas posibles tanto para el cliente como para su organización.

Son aquellos que exploran y logran negociaciones (dentro de un marco permitido y de beneficio para todos) en cuanto a precios, tiempos de entrega, valores agregados, descuentos, cambios y adaptaciones al producto con la finalidad de cerrar la venta. Entienden lo difícil que es atraer un cliente; buscan cautivarlo y retenerlo a toda costa, cuidando siempre la rentabilidad presente y futura de su negocio.

7. Es transparente y honesto
Muy simple: Nadie quiere a un vendedor que oculta información. Tal vez logre una primer venta, pero las puertas se le cerrarán inmediatamente y para siempre. También para tu compañía. Más vale la gente que dice un “No sé, pero lo investigo y te doy respuesta” a alguien que inventa situaciones con tal de mostrarse experto o lograr su venta.

Como colofón bien vale la siguiente analogía. La venta es un campo de batalla ¿Qué preferirías enviar: Un león acompañado de cien ovejas o, tres leones? No te conformes con sólo tener un león en tu negocio. El siguiente reto es atraerlos y retenerlos, pero será un tema a comentar en otra ocasión.

Fuente: SoyEntrepreneur.com

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