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Uno de los grandes problemas cuando nos ponemos una meta, es que en el momento nos invade un gran entusiasmo y queremos abarcar demasiado, pero en realidad logramos muy poco de todo eso que nos propusimos. Este entusiasmo se debe en gran medida a que en general como seres humanos, tendemos a cambiar y mejorar, de modo que continuamente nos sentimos impulsados o inspirados a proponernos nuevas metas.

Lo mismo sucede con las organizaciones y sobretodo en estos tiempos en los que nos vemos en la necesidad de estar en continuo cambio, adaptación y renovación. En el ámbito organizacional lo podemos ver de manera más evidente, por ejemplo, en etapas de generación de estrategias y de innovación.

En el mejor de los casos, en el que ya contamos con la suficiente motivación que nos sirve como impulso, a lo largo del camino entre lo planeado y lo cumplido, surgen una serie de tentaciones y distracciones que, aunque también parecen importantes, algunas veces nada tienen que ver con el cumplimiento de nuestra meta, y nos desvían tanto que lo verdaderamente importante acaba por diluirse en la nada.

Por otro lado, en este mismo recorrido podemos pasar por momentos difíciles, en los que el camino parece complicarse tanto que nos vemos tentados a caer en frustración y nos comienza a invadir la incertidumbre de si estamos haciendo lo correcto e incluso de si vale la pena continuar.

Para poder abordar cualquiera de estos obstáculos y no alejarnos de nuestras metas, podemos recurrir a la gran herramienta que resulta ser el enfoque, el cual, podemos desarrollarlo hasta que se convierta en una verdadera fortaleza.

Te comparto cinco técnicas que te permitirán mantener el enfoque y convertirlo en tu mejor aliado.

1. ¿Qué impacto tiene lograrlo?

Lo primero para mantener tu enfoque, es engancharte con tu meta. Para esto es vital que tengas muy claro los beneficios de lograrla. Cuando abres tu perspectiva y te das cuenta del impacto positivo que tiene para ti o para que logres o avances en otras áreas, te ayuda a mantener la motivación por lo que vale la pena lograr.

2. Dejar de hacer

Es muy bueno que para empezar, te hagas a la idea que vas a tener que dejar o comenzar a hacer algunas cosas durante el camino hacia el logro de tu meta. Posteriormente te servirá mucho identificar exactamente qué es eso a lo que le pondrás una pausa y qué es eso a lo que le tienes que dar la bienvenida o que debes continuar haciendo. Esta identificación evitará que te distraigas con trivialidades y mantengas el enfoque en lo que verdaderamente importa para lograr tu meta.

3. Paso a paso

Otro de los componentes que te permitirán mantener el enfoque, es la motivación constante. La motivación, entre otras cosas, proviene de las recompensas. Sabemos que éste es un recorrido de esfuerzo y persistencia, sin embargo, también promete estar lleno de experiencias de crecimiento y transformación. Una forma de obtenerlos es ir paso a paso en el logro de tu meta, de modo que la puedes dividir en al menos 4 metas parciales que puedas ir logrando.

4. Reciclando energía

Generalmente es una época en la que hay gran actividad mental. Tu cabeza se satura de pensamientos lo cual, se puede convertir en un obstáculo para tu efectividad ya que muchos de ellos no corresponden a la situación del momento. En este camino, la calidad de tu energía mental y emocional es determinante para hacerlo amigable, evitar el desgaste y mantener el enfoque.

Durante el día, te sugiero 3 espacios cortos de atención plena: en la mañana, a la mitad del día y antes de dormir. Dedica de dos a tres  minutos en los que solamente te enfoques en tu respiración. Si puedes cierra los ojos, esto ayuda a que no te distraigas con lo que ves. Respira todo el tiempo lenta y profundamente por tu nariz, dedicando toda tu atención al aire que entra y sale por tu nariz. Cada vez que tu atención se desvíe hacia algo que no sea tu respiración, regrésala amablemente y continúa respirando. Al terminar, habrás generado un espacio libre de pensamiento en tu mente, con lo que permites liberación de estrés y generas mayor eficacia y enfoque en tus decisiones y en tus actividades.

5. Día de asueto

Otro impedimento para no lograr el enfoque necesario para lograr tu meta, es un excesivo entusiasmo que te lleve a no querer hacer otra cosa que no sean las acciones para lograrla y algo aún peor, a no descansar ni un día. Tal vez creas que con esto estás fortaleciendo tu perseverancia, sin embargo, lo único que conseguirás será forzarte tanto que te agotaras y, cualquiera de dos cosas: 1) tendrás que parar por ocasionarte un problema de salud, o, 2) te agotarás tanto que te será imposible mantener el enfoque, te distraerás y probablemente, abandonarás tu meta.

Dedica un tiempo razonable para tus pasatiempos preferidos y, regálate por lo menos, un día de descanso “total” a la semana. “Total”, significa que no  harás ni hablarás de nada que tenga que ver con lo que quieres lograr. Con esto le darás también un descanso a tu mente, es decir, abrirás un espacio para la creatividad, la efectividad y enfoque necesarios para continuar hasta lograr tu meta.

No puedes obligarte a mantener el enfoque, así no funcionarás, sin embargo, si puedes utilizar estas técnicas que lo facilitarán, lo desarrollarán y lo renovarán. Este camino no es fuerza, es de inteligencia.

Fuente: Entrepreneur