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Construye tu imagen sin morir en el intento

No hace mucho tiempo hablé sobre la importancia de ser conscientes de nuestra reputación virtual. Hoy quiero tocar el tema de la reputación y de cómo cada acción afecta para construir o destruir nuestra imagen.

 

Cuando nos referimos a la imagen, por lo general lo primero que nos viene a la mente es nuestra vestimenta. Sin embargo, esto pasa a segundo término cuando sabemos lo que queremos proyectar de nosotros mismos.

Probablemente, la fuente más importante de la imagen que uno tiene de sí mismo es la reacción de los demás. Nos damos cuenta de cómo nos ven otras personas y aceptamos parcialmente su punto de vista sobre nosotros.

La mayor parte de la presentación de uno mismo ocurre mediante la comunicación no verbal. La ropa, el cabello y otros aspectos de apariencia; el acento y la forma de hablar, así como la manera general de las manifestaciones verbales y no verbales.

Cada uno es su propia marca y es responsable de construirla día a día con acciones. La imagen se basa en percepciones y la reputación en comportamientos, por lo que todos los días aportamos un granito de arena para dejar huella de las personas que somos en realidad.

El comportamiento social se parece al manejo de un auto. Quizá les parezca un poco extraña esta analogía, pero es verdadera en un aspecto: el conductor se propone llegar a un lugar específico, al igual que lo hace una persona en una situación social determinada. Ambas constituyen muestras de habilidad en las cuales algunas personas son mejores que otras.

Al conducir con éxito nuestro comportamiento, vamos a leer las señales del camino y las compararemos con el mapa. Si no distinguimos la derecha de nuestra izquierda o el norte del sur nos meteremos en dificultades. De manera similar ocurre si no podemos reconocer los comportamientos sociales o las señales que la gente nos envía para mejorar nuestra imagen desde nuestro interior hasta la proyección de uno mismo.

Todos los días y en todo momento estamos expuestos al mundo virtual, lo que escribimos en las redes sociales es nuestra huella digital y nuestro comportamiento diario es nuestro sello personal. Muchas veces subestimamos nuestras conductas y es cuando ocurre el efecto dominó en nuestra vida personal y profesional.

Cada detalle, palabra y expresión cuenta, por lo que debes observar tus acciones debido a que nunca sabes si las personas que conoces todos los días te ofrecerán el proyecto de tus sueños.

Haz una pausa en tu vida y pregúntate: ¿Qué quieres proyectar? Esa es la base de todo. Siempre ten en mente que cada individuo es único(a) y que debemos encontrar nuestro propio estilo.

Si vas a asistir a una fiesta, es importante que cuides tu comportamiento. Salir no significa que vas a perder el estilo; hay una gran diferencia entre saber divertirse sanamente y perder el control del auto (en este caso de tu comportamiento).  

Recuerda que hay alguien que te observa en todo momento y que un solo clic puede afectar tu imagen y reputación.
Construir tu imagen es muy sencillo, únicamente debes poner cada ladrillo en su lugar.

Te comparto algunos tips respecto a tu imagen:

– Recuerda que construyes con acciones y destruyes con palabras y promesas sin cumplir.
– En tu empresa y en tu persona todo comunica. Cuida tu expresión, ortografía, limpieza, detalles y reputación virtual.
– Ten presente que tus comportamientos son tu carta de presentación, no subestimes las normas sociales.
– Hoy el mundo ha cambiado y estás bajo la lupa 24/7. El primer paso es el respeto hacia tu persona; éste es el primer ladrillo para construir tu imagen.
– Con tus acciones puedes mejorar tu entorno y al hacer esto habrá un efecto dominó. Siéntete orgulloso de ser parte de ese cambio.

Fuente: Entrepreneur

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