Cómo no volverte completamente loco en el trabajo - Movlim

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Cómo no volverte completamente loco en el trabajo

Toma en cuenta estos consejos y mejora tu rutina diaria para volverte más productivo, eficiente y organizado.

Como emprendedor, tienes muchas cosas pendientes en tu lista, pero es literalmente imposible hacerlas todas. Eso no evita que lo intentes, aunque sea una tarea difícil que te lleve eventualmente a la decepción.

La mejor alternativa es evaluar conscientemente tus compromisos e identificar las cosas que puedas eliminar. Cuando dejes de hacer algo que sea menos útil o productivo, se abrirá un espacio en el calendario y en tu mente, lo cual te permitirá aprovechar nuevas oportunidades y cumplir tus compromisos al máximo.

 

Aquí hay cinco cosas que puedes considerar borrar de tu rutina diaria y que te harán más sensato, productivo y eficiente:

1. Conmutar. Como emprendedor, tienes un nivel de control que muchos empleados no tienen. Considera deshacerte de tu oficina y trabajar desde tu casa. Si tienes empleados, fomenta la comunicación a distancia con todo tu equipo. Esa hora extra por día puede sumar una mayor satisfacción.

2. Decir que sí. Es natural querer agradar a todo mundo y decir que sí a cada solicitud puede hacerlos feliz…en un principio. Cuando fallas al dar los resultados, ya sea porque estás sobresaturado o te encuentras molesto y resentido porque aceptaste algo desagradable, el problema con decir que sí a todo se vuelve más claro.

Puede ser difícil rechazar a alguien y arriesgarse a que se decepcionen. Pero es mucho mejor hacerle frente a lo que sabes que eres capaz de hacer, para que cuando prometas algo, todos sepan que lo hiciste con gusto.

3. Mantener una relación que te deje vacío. Todos sabemos que las relaciones excesivamente negativas deben terminar. Nadie necesita a un “amigo” que está constantemente atacándote o haciendo afirmaciones pasivo-agresivas. Si una relación (personal o profesional) es neutral y no contribuye activamente a tu satisfacción y bienestar, considera echarla por la borda.

Un colega me contó sobre cuando terminó una relación que se había vuelto mediocre, “desde hace tres días, me he vuelto más productivo”, me dijo. “La relación dificultaba la entrada en los estados de flujo prolongados que necesito para producir y crear”. Una relación fuerte puede inspirarte mucho, pero una negativa o neutral te roba la energía que necesitas.

4. Preocuparse de cosas que no puedas controlar. Reinhold Niebuhr tenía razón. Este teólogo, autor de La Oración de la Serenidad, pide por la “serenidad para aceptar las cosas que no puedes cambiar, el coraje para cambiar las cosas que puedes y la sabiduría para saber la diferencia”.

Preocuparse de cosas de las que tenemos el control puede guiarnos a cambios productivos. Pero estresarse sobre cosas más allá de tu control, como la situación económica del país, no te hará ningún bien, porque no hay manera en la que puedes ayudar. Haz saber tu preocupación y sigue adelante.

5. Pensar que sólo hay una manera. Tenemos frecuentemente una visión en nuestras mentes de una vida perfecta. Nos casaremos, tendremos hijos “x” años después, haremos “x” cantidad de dinero y viviremos en “x” lugar.

Es muy bueno establecer metas, pero es una tortura insistir en ellas. A veces la vida real se atraviesa y no llegas a tener éxito. A veces te ofrece algo aún mejor que no podías haber predicho.

Una amiga me contó sobre cómo dejó ir su insistencia de vivir y trabajar en la ciudad. En lugar de eso, encontró una casa más económica a una hora de distancia y se dio cuenta de era un lugar más tranquilo y con un mejor nivel de vida. A veces abrirte a una posibilidad puede mejorar tu experiencia y reducir tu estrés.

El universo va a ponerte más obligaciones y responsabilidades, a menos que comencemos a decir que no. Detener ciertas actividades nos permite enfocarnos más en lo que de verdad importa y mejorar los resultados.

Fuente: Gestión

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