¿Se te acabo la motivación? Esta es la fórmula para recuperarla - Movlim

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¿Se te acabo la motivación? Esta es la fórmula para recuperarla

Estos son de los temas que nadie nos enseña y todo mundo espera que sepas. La realidad es que la motivación no es algo que se encuentra como si estuviéramos buscando a Wally en el cuadro de tu vida.

Insight #1: Si estás buscando motivación, es porque ya la perdiste. El sentimiento de la motivación puede ser fugaz y poco confiable. Es lo mismo cuando te preguntas “¿Cómo encuentro inspiración para empezar un nuevo negocio este año?” ¡Suena un poco ridículo! Nos han adoctrinado para creer que la motivación es algo que nos cae del cielo, lo mismo pasa con temas de creatividad.

Insight #2: Olvídate de la motivación. Mejor construye un sistema.

Te  garantizo que si tú le preguntas a alguien que busca motivación: ¿dime qué es lo que quieres lograr? Todos te contestarán: ganar más dinero, tener un negocio, bajar de peso, pedir un aumento… 

Y yo les pregunto: ¿y cuál es el siguiente paso? Todos me miran como si les preguntara algo en chino. Nadie tiene una respuesta. Lo mejor siempre será tener una meta y el plan a seguir para obtenerla.

El error es que hemos aprendido que creer que tener una gran meta te dará motivación para hacer algo, y esperar la misma motivación te da la excusa perfecta para no hacer nada.

Escribe las respuestas a las dos preguntas anteriores: meta y plan. Al hacerlo sistemáticamente encontrarías la forma y lo lograrías.

MAL EJEMPLO: “Quiero bajar de peso.”

BUEN  EJEMPLO:  “Quiero perder 4 kilos por mes”. Es específico: “Quiero comer tres comidas saludables por semana e ir al gimnasio 2 veces a la semana por 15 minutos”.

Ahora hazlo: en tu calendario, agenda una hora los domingos para comprar las tres comidas, prepáralas y déjalas listas en tu refrigerador. No olvides agendas también las 2 veces que irás al gimnasio.

¿Cómo dejar de procrastinar?

El problema es la flojera, mejor conocida como procrastinación. Es decir, postergar algo que tengo que hacer y no hacerlo. Cuántas veces has dicho: “quiero hacer eso, pero no sé, creo que sólo soy un poco flojo.”

Hay tres cosas que te quiero compartir que a mí me están ayudando:

1. Cuida el lenguaje con el que te refieres a ti mismo.

Has escuchado frases que se dice la gente para excusarse: “es que así somos los mexicanos, qué le vamos a hacer”; “sólo soy gordo…”; “yo no nací para eso…”. Cuando escucho eso, sólo pienso en golpear a esa persona.

La manera en la que te refieres a ti mismo se convierte en tu realidad. O mejor dicho, ya es tu realidad.

En su lugar di cosas como: “estoy aprendiendo a mejorar mi puntualidad”; “aún no me veo como quiero, pero estoy aprendiendo a comer mejor”; “no lo sé todo, pero quiero aprender”; “me cuesta trabajo leer, pero lo hago diario”, “aún no gano lo que quisiera pero lucho por conseguirlo”. ¿Ves la diferencia?

2. Sé terriblemente honesto sobre tus prioridades.

La excusa más usada en nuestra época es: ¡no tengo tiempo!

Cuando alguien te dice –“Hey, ¿quieres ir a esta reunión?”. En tu cabeza sólo existen estos pensamientos: “habrá gente que no conozco, qué nervios, no sé qué voy a decir, o estará X persona que no me gusta, además tengo mucho que hacer…” pero tu boca dice: “Me encantaría ir pero no tengo tiempo

Imagina que alguien más te pregunta: “sobre el negocio que hemos estado hablando, que te parece si comenzamos el mes que entra”.

En tu cabeza: “no estoy seguro, tengo miedo de invertir, no sé si tenga lo que se requiere, no confío completamente…” En tu boca: “no sé, el mes que entra estaré ocupado, no tengo tiempo”

Una manera más honesta de hacerlo sería decir: “Sabes qué, aprecio mucho tu invitación/oferta pero eso ahora no está en mis prioridades para este año.”

¿A quién admirarías más? A alguien que te dice “no tengo tiempo” o alguien que te dice “tengo prioridades”. Creemos que “estar ocupado” y “no tener tiempo” es símbolo de alguien exitoso, y sólo refleja a alguien que no sabe manejar su tiempo y su vida.

Si eres honesto, muchas de las cosas que postergas son porque, en primer lugar, no debiste aceptarlas, hay algo dentro de ti que no quiere hacerlas o tienes demasiadas cosas que hacer.

3. Da pasos de bebé.

Un ejemplo clásico: Terminar la tesis.

¿Sabes por qué no la terminas? Porque te pones metas imposibles: “voy a escribir un capítulo diario, la tendré lista antes del 31 de diciembre, en un fin de semana lo haré todo”.

Un paso de bebé, sería: “Voy a escribir media hoja cada tercer día” o “cada fin de semana voy a escribir”, así ya la habrías terminado en lugar de estar esperando tu “golpe de motivación”.

Si quieres leer un libro, ponte la meta de leer media hoja al día, si quieres ponerte a dieta, dos días a la semana respeta la dieta.

Dar pasos de bebé trae más resultados a largo plazo. Recuerda que los pasos de bebé son pequeños triunfos. Y estos pequeños triunfos, también traen motivación y un sentido de logro que te mantendrán en el rumbo adecuado. 

Qué puedes hacer ahora.

Estamos casi a la mitad de año. ¿Cuántas de tus metas o propósitos de año nuevo ya las dejaste por falta de motivación? No necesitas motivación, necesitas un sistema. Recuerda tus propósitos y ahora traza una ruta de pequeños pasos, los más fáciles y sencillos de hacer.

Fuente: Entrepreneur

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