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Seis pasos para mejorar los ratios de rentabilidad de tu negocio

Como señalan desde Datisa, desarrollador de software de gestión empresarial, «la rentabilidad es una de las cuestiones básicas de cualquier organización, ya sea grande, mediana o pequeña. Para alcanzar las cotas de rentabilidad deseadas, las empresas desarrollan estrategias que apuntan, principalmente, a las ventas. Pero hay otra serie de aspectos como la reducción de los costes y de los gastos –que no son lo mismo–, la gestión eficiente de las compras o el incremento del margen y de la rentabilidad por producto/servicio que también se deben tener muy en cuenta».

Con independencia de sus planteamientos estratégicos, «cualquier pyme –añaden estos expertos– busca maximizar su rentabilidad en el menor tiempo posible. Para lograrlo, no basta únicamente con el trabajo abnegado de gerentes, managers y demás colaboradores. Es preciso establecer una serie de pautas que apunten a la optimización de la rentabilidad en todas sus versiones, ya sea financiera –la que mide el capital propio– o económica –la mide los capitales invertidos, determinada antes de los impuestos–. La eficacia y la eficiencia son dos elementos fundamentales para la optimización de la rentabilidad de una pyme».

En ese sentido, Datisa enumera seis pasos para que –con la ayuda de la tecnología– este tipo de organizaciones puedan mejorar sus ratios de rentabilidad:

1. Aumentar el volumen de las ventas

«Hoy, muchas de las claves del éxito empresarial se encuentran en la satisfacción del cliente, por lo que gran parte de las estrategias comerciales apuntan al customer centric, o a poner al cliente en el centro de cualquier decisión, acción o estrategia. Conocer sus gustos, sus necesidades o sus requerimientos ayuda a proporcionar productos/servicios más adaptados a sus preferencias. De este modo, no solo se consigue vender más a través de la fidelización del cliente, sino, vender mejor, es decir, apuntando mejor al objetivo y, por tanto, sin desaprovechar recursos en acciones comerciales que arrojarán resultados mediocres».

2. Incrementar el margen de beneficios

«Solo hay dos maneras de hacerlo: aumentando los precios o reduciendo el coste de los productos/servicios. Si no se quiere subir el precio es importante seducir al cliente con valores añadidos capaces de diferenciar la marca frente a la competencia. Lo ideal es encontrar el equilibrio que permita aumentar los beneficios sin tener que disminuir las ventas al no cumplir las expectativas de los clientes. Y, eso sí, siempre, tener como referencia los precios que maneja el mercado para saber en qué rangos sería conveniente moverse».

3. Reducir los costes

«Cuando no se obtienen las cifras de crecimiento que se esperan, incrementa entonces la presión por reducir los costes, si bien, lo ideal, es mantenerlos a raya de forma continua, es decir, gestionar de una manera eficiente. Una solución puede ser recortar los costes en aquellas operaciones que aporten menos valor a la organización y, en todo caso, siempre que la reducción aporte una mejora, limitando los gastos ya sean fijos o variables, directos o indirectos (producción, mantenimiento, energía, consumibles, materias primas, comerciales, etc.). Hay que prestar especial atención a la reducción de los costes ocultos, aquellos que son difíciles de detectar (falta de productividad, pérdida de calidad, alta rotación de personal, absentismo laboral, etc.). En todo caso, teniendo en cuenta que la rentabilidad se obtiene tras comparar el resultado obtenido y el coste de los medios empleados para lograrlo, es obvio que, a menos gastos, mayor rentabilidad».

4. Gestionar mejor las compras

«Comprar de manera adecuada permite optimizar los recursos y el tiempo empleado y, además, puede proporcionar un ahorro neto muy beneficioso para mejorar la rentabilidad de la organización. Es decir, los beneficios que se derivan de la gestión eficiente de las compras van desde la determinación más exacta de lo que realmente se necesita en cada momento hasta la obtención de mejores precios y condiciones, pasando por la reducción de los costes derivados de stocks no ajustados a las necesidades concretas de la compañía. En definitiva, gestionar de un modo más ordenado y eficiente el inventario, entre muchos otros».

5. Analizar la rentabilidad por producto/servicio

«En el contexto de competencia despiadada en el que se mueven las pymes en estos momentos, es importantísimo evaluar qué productos/servicios se presentan al mercado, qué aceptación tienen, qué volumen de ventas generan o qué margen de beneficio obtenemos de cada uno de ellos. Es importante, también, estar dispuestos a implementar cambios en beneficio o en contra de aquellos productos/servicios que salgan beneficiados o perjudicados de ese análisis de rentabilidad individual que se haga de cada uno de ellos (invertir más o menos, destinar más o menos recursos, crear o no promociones y ofertas, etc.). Un análisis de rentabilidad que deberá tener en cuenta los resultados actuales, pero también los potenciales».

6. Utilizar la tecnología adecuada

«Para que esta ‘lista de buenas prácticas’ ayuden a incrementar la rentabilidad de tu empresa, es imprescindible apoyarse en la tecnología adecuada. Primero, porque los aplicativos ERPaportan la información necesaria para tomar decisiones más acertadas y, segundo, porque evitan tener que destinar tiempo y recursos (ahorro de costes) a la realización de tareas que, perfectamente, pueden ser automatizadas, ganando, no solo en ligereza, sino, también, en consistencia, garantizando márgenes de error, prácticamente, nulos. La tecnología impulsa la eficiencia de los procesos internos y, con ello, la optimización máxima del potencial de la empresa para dedicarse a la realización de tareas que realmente aporten valor como puede ser, además de la operativa diaria, la planificación más efectiva de objetivos estratégicos».

Fuente: Emprendedores

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