Mi idea, ¿es absurda o un gran negocio? - Movlim

Blog

Mi idea, ¿es absurda o un gran negocio?

Ninguna idea puede ser tan extravagante que no te permita vivir de ella o incluso hacerte millonario. Pero debes tener en cuenta que los inversores no quieren ideas sino proyectos reales. La clave del éxito es cómo pones en marcha tu ocurrencia.

Entre los detractores de Gary Dahl y su negocio para criar una piedra como mascota nunca habrían estado Daniel Epstein, Teju Ravilochan, Tyler Hartung, o Vladimir Dubovsky. Estos cuatro emprendedores en serie son los creadores del Unreasonable Institute, una iniciativa que sigue el lema de George Bernard Shaw, que dice que “el hombre razonable se adapta al mundo; y el irracional o ilógico persiste en el intento de adaptar el mundo a uno mismo”. Epstein y sus colaboradores valoran que el innovador sea ilógico, pero también que el proyecto sea económicamente sostenible y pueda aplicarse a un público de al menos un millón de personas.

El ejemplo del Unreasonable Institute nos dice que ninguna idea puede ser considerada tan absurda o extravagante como para que no nos permita vivir de ella, o incluso hacernos millonarios -es el caso de Dahl y su negocio de piedras-mascota que le hizo rico-, aunque siempre hay que tener en cuenta que un posible inversor no atenderá tanto a nuestra ocurrencia como a la forma de ponerla en marcha y de hacerla rentable.

Apostar por una idea y defenderla de aquellos que no creen en ella o que la consideran absurda tiene mucho que ver con escoger lo que de verdad te gusta, y desarrollar un proyecto en torno a aquellas cosas sobre las que no puedes dejar de hablar todo el día.

Original, pero no tanto
Una de las primeras cosas que debes tener en cuenta es que tu idea, por muy ocurrencia que pueda parecer, no tiene por qué ser única. Puedes inspirarte en ideas del pasado o rescatar conceptos o negocios que tuvieron éxito y que luego podrás adaptar a un nuevo mercado.

Algunos innovadores son capaces de reactivar sectores que estaban en declive o de reavivar negocios obsoletos. Recuerda que una innovación sustituye a algo que en su día fue innovador: un viejo problema con una nueva solución.

Genera credibilidad
Puede ser bueno que empieces por tu propia experiencia. Aquello en lo que seas mejor que los demás constituye una gran oportunidad de negocio. Cuando te apasiona lo que haces, los demás se sentirán atraídos por ti. Esto genera confianza en quienes trabajan para ti, y es importante para crear un buen equipo.

Debes acompañarte de gente que se apasione con los objetivos que tiene la compañía. Y resulta fundamental contar con profesionales que tengan experiencia laboral anterior que sea relevante para lo que estás haciendo. Si demuestras que eres capaz de montar y coordinar un equipo eficaz, eso convencerá a los inversores.

Pero esa pasión no es suficiente para que tu negocio sea sostenible en el largo plazo. La clave no es la idea, sino el modelo de negocio. No pasa nada por equivocarse, pero hay que dedicarle mucho tiempo. Puede haber muchas ocurrencias, pero lo importante es ejecutarlas.

Comparte tu pasión
Mucha gente que puede ayudarte y en la que puedes inspirarte coincide en tus intereses. Repartir el conocimiento puede resultar muy válido para el futuro de tu negocio.

Analiza lo que han hecho otros emprendedores que han tenido éxito en el área en la que tú te mueves. Fórmate y aprende de los demás, y ten en en cuenta las enseñanzas y ejemplos de otros expertos en tu campo.

Utiliza las conexiones y relaciones como una herramienta vital para tu negocio.

Los expertos recomiendan que escuches mucho y que seas un emprendedor que se deja aconsejar, abierto a nuevas ideas que quizá no coincidan con tus opiniones o con tus expectativas.

Consistencia y utilidad
Tu idea, por extravagante que sea, puede cambiar el mundo. Pero debes asegurarte de que se sitúa en un nicho de mercado consistente y bien definido.

Lo importante es que puedas resolver un problema para el que nadie antes que tú ha visto la solución. Estudia el mercado y detecta necesidades. Es necesario que seas un experto en el sector que has escogido. Tienes que ser muy bueno en el negocio en el que te metes. No empieces un proyecto ni crees una empresa sólo para descubrir que eso no te gusta o que no eres apto para lo más básico de esa actividad.

Piensa en tu iniciativa en términos de producto y servicio; de beneficio para los clientes. Debes analizar la personalidad de tu compañía y los mensajes y las promesas que estás haciendo al público.

Es clave que no te equivoques en la elección del sector; una decisión meditada, que nunca debe ser aleatoria.

Haz un estudio completo del mercado y no escojas uno demasiado pequeño que te impida crecer. El proyecto en el que puede fijarse un inversor ha de implicar un gran potencial de crecimiento; debe estar en condiciones de competir en un segmento grande, y en tres o cinco años debería multiplicarse por diez.

Mantener el ritmo
Cuando hayas conseguido poner en marcha tu proyecto no puedes dejar que la pasión que caracteriza a la mentalidad start up se diluya en el día a día.

Involúcrate en todos los aspectos de tu actividad y del sector que te apasionaban desde el principio y mantén a tu equipo de socios y colaboradores involucrado en todo ello.

Es fundamental que identifiques los cuellos de botella que impiden a tus colaboradores desempeñar su trabajo sacando lo mejor de ellos mismos y desarrollar todo su potencial y habilidades. Ten claras las necesidades de tu proyecto y elabora un mapa de competencias con una visión y objetivos claros. Eso te revelará la gente que necesitas.

Visionario
Tu ocurrencia puede responder a una tendencia del mercado, a una evolución o a nuevos hábitos, preferencias o gustos de los futuros clientes, que reaccionan a cambios en el estilo de vida, los valores, o la demografía.

Fuente: Gestion.pe

¿Tienes consultas? ¡¡¡Escríbenos!!!