Blog

En este artículo conocerás 5 estrategias para aprender cómo empezar la vida financiera con el pie derecho.

La adolescencia es una de las etapas más importantes de nuestra vida. En sí, son años esenciales y decisivos para tu futuro, para tu vida financiera. Tus decisiones y vivencias en esta etapa marcarán los años siguientes.

Al ser adolescentes queremos crecer y cuando llegamos a los 30 daríamos todo por ser jóvenes otra vez. ¿Por qué? Muy sencillo, nos gustaría tomar mejores decisiones y hacer cosas que dejamos de hacer.

A fin de cuentas nos gustaría poder volver a escribir una historia diferente de nuestras vidas, desde la experiencia que tenemos hoy.

Si quieres saber como empezar la vida financiera que te permita tener estabilidad en el futuro; ten en cuenta las siguientes recomendaciones.

Recuerda que eres afortunado y estás en una etapa perfecta para soñar, planear, cometer errores, aprender y construir un gran futuro.

Cómo empezar la vida financiera para tener estabilidad en el futuro.

• No huyas de la casa de tus padres.

La mayoría de jóvenes quieren salir corriendo de casa de sus padres cuanto antes, ya que tener su propio espacio y libertad para poder hacer lo que les plazca suena muy tentador.

No obstante, y a pesar de que esto no suene muy divertido para muchos…. Quédate en casa de tus padres lo que más puedas.

Piénsalo bien. La renta de un inmueble o el pago de un crédito hipotecario es el mayor gasto mensual que tiene un individuo promedio. Esto sin contar con los servicios de luz, agua, internet, etc; o reparaciones que nunca faltan.

Ten en cuenta que el dinero que no pagas de renta, te servirá para crear una base que podrás invertir en el futuro. Tal vez incluso puedas invertir en una propiedad, en lugar de luchar mensualmente con el alquiler.

Sin embargo, para hacer esto, debes prestar atención a las tasas hipotecarias y todas las tarifas ocultas involucradas.

Esto no significa que debas vivir con tus padres eternamente, es solo una estrategia que te permitirá crear una estructura financiera sólida para tomar mejores decisiones en el futuro. 

• Ten en cuenta que el matrimonio y los niños son muy costosos. 

No cabe duda que casarte y tener una familia es una de las experiencias más hermosas del ser humano. Sin embargo, llegar a esa etapa acompañado de estabilidad financiera te ofrecerá una mejor calidad de vida; no solo a ti, sino a tus hijos.

Los matrimonios y los niños son muy costosos, por esto es necesario que planees por adelantado tanto tu vida profesional como personal. La mejor manera de hacerlo es estructurando tu vida financiera.

Espera hasta que llegues a los treinta para comenzar una familia, cuando estés en condiciones de pagar financieramente los gastos con comodidad.

Si estás en tus 20 años, tendrás suficiente tiempo para pagar créditos estudiantiles y planificar para el futuro.

Puede que el verdadero amor haya llegado a tu vida, pero no te afanes. Si realmente lo es, podrás esperar y formalizar la relación sobre bases más solidas. ¿Para qué apresurarse?

• Reconsidera la manera en cómo gastas tu dinero. 

Desafortunadamente, desde niños nuestro entorno nos bombardea con la idea de gastar, de comprar, de querer y desear cosas que a fin de cuenta no necesitamos.

Crecemos con la necesidad de aparentar, de demostrarle a los demás lo que tenemos y de compararnos para ver quién tiene más.

Éstas ansias de mostrar llegan a su máxima expresión durante la juventud, cuando soñamos en gastar dinero en un auto nuevo y costosas fiestas.

Acá viene la tercer estrategia. Controla la manera en que gastas tu dinero.

Muchos jóvenes empiezan a gastar desmesuradamente al conseguir su primer trabajo y llegan a los 30 llenos de deudas y con pocas posibilidades de ahorrar he invertir.

Las posesiones materiales no traen felicidad. Además ponen tu planificación financiera futura en un punto muy inestable.

La forma en cómo gastes tu dinero cuando joven, determinará qué tan exitosa será tu vida financiera.

• Ahorra, ahorra y ahorra mucho dinero.

Esta es posiblemente la palabra más utilizada y menos seguida cuando se trata de finanzas: AHORRAR.

De seguro lo has escuchado de tus padres, pero a nadie le importa hasta que es demasiado tarde.

Tu situación puede cambiar de la noche a la mañana. Si hoy tienes, mañana puede que no. De eso se trata ahorrar, de estar preparados.

Empieza a ahorrar e invertir lo más pronto posible. Esto te dará la oportunidad de ser más flexible con tus aportes y de invertir mejor.

Utiliza el poder del interés compuesto, apóyate en la construcción de un fondo de emergencia y en un presupuesto.

• Crea diferentes fuentes de ingreso. 

Tu juventud es el mejor momento para empezar a pensar en la creación de diferentes fuentes de ingreso. Así es, tener ingreso extra es lo que te dará estabilidad en el futuro.

Uno de los más grandes errores que cometemos es pensar que si tenemos un trabajo, estamos salvados.

Confiar en una sola fuente de ingresos es vivir en una cuerda floja que en cualquier momento puede romperse. Más aún, si no tienes ahorros.

Existen muchos negocios rentables que pueden empezar a producir ingresos extra. Como cualquier negocio, generar resultados te tomará tiempo y por eso es que debes empezar lo más pronto posible.

Alguno de estos negocios puede resultar en nuevas ideas. Y por qué no, en tu propia empresa.

En 10 años agradecerás haber empezado hoy.

Conclusión.

Aprender cómo empezar la vida financiera no es un trabajo sencillo. Sin embargo, no puedes permitir que se vuelva un aprendizaje por prueba y error.

Con las 5 estrategias anteriores, puedes empezar con pie derecho; sin necesidad de perder grandes sumas por el camino.

Esperamos que te sean de gran ayuda ?

Y recuerda que si estás realmente interesado en crear tu propio negocio, puedes adquirir nuestro libro “Cómo crear empresa mientras trabajas: Descubre cómo manejar tu tiempo, administrar tu dinero y motivarte mientras creas empresa y trabajas para otra” , donde encontrarás toda la información que necesitas para fundar tu propia empresa, sin necesidad de dejar tu trabajo.

Fuente: Modoemprendedor