¿Cómo sabes que finalmente ha llegado el momento de abrir tu empresa?
Perfecto. Ya has decidido montar tu propia empresa, sabes que es una buena idea, tienes ahorros y recursos financieros que te ayudarán a lanzarla. Incluso cuentas ya con una estrategia para hacerla rodar. El qué, el cómo, incluso, el porqué están resueltos. Pero en el último momento te asaltan algunas dudas y te paras en seco. ¿Cuál es el momento más idóneo para salir al mercado? ¿En enero o en junio? ¿En el primer trimestre o en el último? ¿Antes o después del verano? ¿Con la campaña de Navidad? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de tomar la mejor decisión?
Para empezar, multiplica por dos tu estimación inicial de tiempo. Por muchos proyectos que hayas gestionado, tu producto va a estar listo mucho después de lo que estimaste inicialmente. Esto es especialmente relevante para emprendedores primerizos. Piensa qué pasaría si el producto tardase en lanzarse el doble de lo planificado ¿tendrías fondos para soportar una desviación de ese tipo? ¿Perderías tu ventana de oportunidad, por ejemplo, si tu producto es estacional? ¿Cuántos posibles competidores podrían surgir en ese tiempo?
En segundo lugar, ten presente que cada negocio es diferente. No es lo mismo lanzar una empresa que desarrolla software que una consultora de SEO que abrir una escuela infantil.
No obstante, con independencia del tipo de empresa que vayas a lanzar, no esperes a tener el producto terminado al 100% para ponerlo delante de tus consumidores potenciales. Empieza a obtener feedback y clientes lo antes posible. Si tu producto lo permite (como es el caso del software) emplea un método ágil de desarrollo. En el caso de un mercado tradicional no hay problema en que estés todavía construyendo tu catálogo o esperando a que algún proveedor te sirva un producto o un servicio que no es básico para el funcionamiento del negocio. Debes conseguir clientes cuanto antes. Es mejor ir construyendo tu producto interactivamente, recabando opiniones y probando su viabilidad comercial de forma regular, que esperar a hacerlo cuando saques del laboratorio el producto perfecto.
1. ¿A qué burocracia te enfrentas?
Los temas burocráticos deben ser tenidos muy en cuenta a la hora de planificar el lanzamiento. A veces algo tan sencillo como poner el nombre a tu empresa te puede retrasar varios meses la salida. Puede ser algo en apariencia nimio, como obtener una certificación negativa en el Registro Mercantil que se alargue durante varios meses, o algo más complicado –y más común– como el retraso en la obtención de una licencia de actividad.
¿Una posible solución? Cuando se inicia resulta más favorable empezar como persona física. Se trata de una fórmula más barata y las obligaciones son mucho más sencillas que en una sociedad mercantil, sin olvidar que los trámites burocráticos son cuatro veces más económicos.
2. ¿Cómo afecta la estacionalidad en tu sector?
No es lo mismo vender helados que abrigos de piel. Por ello, es importante saber qué momento del año tu producto o servicio tendrá mayor demanda y una buena primera acogida.
En otras ocasiones es importante aprovechar las campañas específicas que ofrece el sector en el que te mueves. Por ejemplo, nuevas temporadas (primavera u otoño) en tiendas de moda, Navidad en el caso de jugueterías o verano en el ámbito de la seguridad privada.
3. A principios de año o de trimestre
En los inicios de una empresa los gastos deben estar lo más limitados posible, sobre todo hasta cubrir el ciclo de ventas. La fórmula que mejor se ajuste a esas necesidades será la resultante de una fiscalidad más ventajosa y eficaz.
Si a finales de año una empresa está ya lista para ser constituida, resulta aconsejable esperar hasta el 1 de enero del siguiente, ya que si se hace en el anterior, aunque sólo sean uno o dos meses, el empresario tendrá que realizar las obligaciones fiscales y mercantiles correspondientes a ese ejercicio y realmente representa un coste administrativo que se puede ahorrar. Y si dudas entre constituirla en septiembre y octubre, mejor esperar a octubre.
El experto David Aguado dedicada a la prevención de riesgos laborales, lanzó la empresa en abril de 2004. “Ya lo teníamos todo listo antes, desde principios de año, pero unos retrasos en el registro mercantil, nos llevaron a marzo. Decidimos esperar a abril para no tener las cargas fiscales del primer trimestre”. Así se ahorraron declarar un trimestre de IVA.
4. El mejor momento, según el sector
Cada proyecto tiene su mejor momento para nacer según el sector en el que se mueve. Estos son algunas ideas que debes manejar si te encuentras en alguno de estos sectores:
- Alimentación básica: Primer trimestre. Al ser productos de primera necesidad, la demanda es estable durante todo el año. A comienzo de año, las razones fiscales mandan.
- Ropa y complementos: Segundo y cuarto trimestre. Aprovechar las nuevas colecciones de temporada es un gran aliciente y estar listos para la campaña de Navidad es también un acierto.
- Informática y nuevas tecnologías: Primer y cuarto trimestre. Comienzo de año para hacerse un hueco en el mercado. La campaña de Navidad también es un momento importante.
- Hostelería: Segundo trimestre. Tanto si es restaurante como un pequeño hotel rural, la primavera es el momento de salir. El verano será el gran empujón.
- Consultoras y asesorías: Primer trimestre. Puedes acogerte a los nuevos presupuestos de las empresas para el nuevo año y tener un experimentado rodaje para el último trimestre.
- Librerías/papelerías: Segundo trimestre. Septiembre es el mes estrella por la ‘vuelta al cole’. Debes estar a pleno rendimiento antes del verano para contactar con editoriales y proveedores.
Fuente: Emprendedores