El éxito es más riesgoso que el fracaso - Movlim

Blog

El éxito es más riesgoso que el fracaso

Todo éxito, como la propia vida, es completamente circunstancial. Y cuando una persona no entiende adecuadamente la simpleza de ésta realidad, el éxito se convierte en algo más riesgoso que el fracaso.

Aunque la clasificación del éxito es algo muy personal y no existen dos concepciones iguales, el riesgo que representa es el mismo para todos.

El éxito es finalmente un estado que se tiene en mucho aprecio, diferente para cada quién pero valioso y positivo para todos.

Éste éxito, así concebido, es más riesgoso que el fracaso por los siguientes motivos:

1.- Todo fracaso fortalece y algo enseña, en tanto que el éxito puede desordenar, descomponer y corromper a las personas.

Si el fracaso guarda la posibilidad de fortalecer a una persona, el éxito lo puede envanecer.

Si el fracaso mantiene en alerta los sentidos, el éxito puede envolverlos en sutil modorra.

Solo una pequeña porción de las personas se fortalece y evoluciona con el éxito, el gran número lo interpreta como una “estación de llegada”, un punto de celebración y reposo, un hito de conquista. La posición exitosa se defiende y conserva, por supuesto, pero rara vez produce evolución y crecimiento.

Y cuando el éxito se asume como un derecho y no merece consideración y cuidado, conduce a la descomposición y la corrupción de las personas.

Se escucha casi por igual de personas que superaron el fracaso y personas que fueron superadas por el éxito.

2.- El éxito es más riesgoso que el fracaso porque su pérdida representa siempre una “caída”.

Cuando el estado o la situación que explica el éxito se afectan por algún motivo, se trata siempre de una pérdida, un resultado no deseado, un retroceso.

El fracaso es un estado que precede a situaciones más apropiadas, puede considerarse un punto de partida para llegar a mejor destino, en cambio cuando la fortuna cambia para el éxito, el destino siempre es el fracaso.

El fracaso puede considerarse un “estado descompuesto”, en tanto el éxito que se pierde es un “estado en proceso de descomposición”. Ambas situaciones no son lo mismo ni se viven igual, porque mientras en el primer caso las cosas son como son, en el segundo se vive un deterioro progresivo. Es diferente vivir en un pedazo desnudo de tierra que poco o nada ofrece, que hacerlo en una parcela donde existía una edificación propicia que ahora se desmorona.

Del fracaso emerge muchas veces el carácter que considera halagüeño el porvenir, pero cuando el éxito se desvanece, el futuro se ve peor que el presente, siempre, y éste hecho no consolida el carácter, más bien lo debilita.

3.- Existe gran probabilidad que el fracaso transforme positivamente a una persona, en tanto es menos probable que el éxito lo haga.

Las probabilidades nunca apuntan a un absoluto, obviamente, y por esto mismo las generalizaciones no sirven. Existirán personas que alcanzando el éxito se acerquen a consolidar la Mejor Versión de sí mismos, pero dado que el éxito puede considerarse más bien un efecto que una causa, estos casos no serán muchos.

El fracaso que no cambia positivamente a una persona puede llevarlo a la derrota definitiva. El fracaso es siempre un factor externo que demanda actitudes y posiciones, convirtiéndose así en cómplice o victimario dependiendo de la respuesta del individuo.

El éxito sin embargo, pocas veces demanda actitudes o posiciones de la persona, al menos no como un fenómeno externo que tenga poder condicionante.

En el éxito es la persona la que debe ser propositiva, es ella quien debe establecer “de adentro hacia afuera”, los objetivos y premisas. Si la persona no propone algo positivo para que se produzca una transformación virtuosa del proceso, entonces no se produce nada, porque  el éxito por sí mismo nunca hace ninguna demanda.

Por esto una persona puede completarse en el fracaso, pero debe estar completa si quiere administrar bien el éxito.

4.- Es más riesgoso el éxito que se alcanza sin conocer el fracaso, porque puede efectivamente desaprovecharse y ser efímero.

El éxito tiene un Valor, como todas las cosas buenas de la vida, y ése valor está representado por el Costo que ha significado alcanzarlo.

El fracaso es claramente un hecho costoso, pero por lo mismo agrega inmenso valor al éxito que se consigue.

Fuente: Emprendices

¿Tienes consultas? ¡¡¡Escríbenos!!!