Pensamiento cortoplacista, un mal común en los emprendedores
!Beneficios rápidos, fracasos rápidos!
Llega ese día en el cual se enciende esa chispa de emprender, despiertas con una idea de negocio que puede cambiar totalmente tu vida, te sueñas cosechando tus primeros frutos, tus primeras ventas, tus primeras inversiones. Emprendes tu proyecto y, al cabo de dos o tres meses, lo abandonas porque “no funcionó” o porque no era como esperabas. Esto les sucede a miles de personas en el mundo y es una clara evidencia del pensamiento cortoplacista, un mal con el que muchos emprendedores suelen batallar.
Cortoplacismo
Definiendo el cortoplacismo de una manera simple, podríamos decir que es la tendencia a esperar que algo funcione o sea como se espera (o mejor) en un periodo reducido de tiempo.
¿Y quién no quisiera montar su negocio o empresa y que al otro día ya tengas para comprar un yate o irte de vacaciones a Europa con las utilidades de tu proyecto?
Lo cierto es que las grandes empresas del mundo comenzaron de la nada y desde la nada tuvieron que enfrentar crisis, perdidas, incluso quedar en bancarrota, pero fue la paciencia y el pensamiento a futuro lo que tiene hoy en día a sus fundadores y propietarios como las personas más ricas del mundo.
Sin embargo, ese pensamiento a futuro no es lo más común en el mundo empresarial, al contrario, la mayoría de emprendedores se hunden al poco tiempo de dar rienda suelta a sus ideas y, en la mayoría de los casos, sucede porque aquellos que dirigen los proyectos tienen una mentalidad cortoplacista que se derrumba cuando se enfrentan a la primer dificultad, a la primer caída en las ventas, a la primer estadística negativa.
El pensamiento cortoplacista
Podríamos asumir que la búsqueda de beneficios a corto plazo es un impulso propio de la naturaleza humana, pues, de hecho, su supervivencia esta ligada a que nuestra mente esta en una constante búsqueda de beneficios e intereses, tanto individuales como grupales, sin embargo, en el mundo de los negocios esto no es tan funcional.
Sobre todo si tenemos en cuenta que el ecosistema de los emprendedores tiene un alto grado de riesgo; riesgos de inversión, riesgos de lanzamiento de producto, de movimientos de mercados etc. En donde generalmente hay que tomar decisiones “contranatura” para que las empresas se valoricen, alcancen sus metas u obtengan beneficios.
Es aquí donde el pensamiento cortoplacista lleva al fracaso, pues en la ilusoria idea de que de un día para otro vamos a tener la vida de Steve Jobs o Warren Buffet, empezamos a cometer una línea sucesiva de errores que terminaran arruinando nuestro negocio.
Típicos errores del emprendedor cortoplacista
Descuido paulatino de la idea de negocio
Empezar nunca es fácil, más aún en el mundo del emprendimiento y los negocios, para emprender debemos tener toda nuestra mente y corazón en ello, trabajar con pasión y ambición, estar preparados para los obstáculos que vamos a enfrentar de una u otra manera.
El emprendedor cortoplacista no está preparado para ello y por ende, al ver que no es como se lo imaginaba, que sigue tomando un autobús, que su economía no mejora o incluso empeora, entonces comienza a abandonar poco a poco su negocio, ignorando sus ventas, sus canales de distribución y dejando de buscar maneras de innovar, está suele ser la primera y principal razón del fracaso de los negocios.
Consejo
Siempre, desde que se nos ocurre una idea de negocio, hasta el montaje, la generación de la idea de valor etc.
Debemos tener muy en cuenta que las dificultades que enfrentemos pueden ser enormes, que tendremos que invertir más tiempo y trabajo de lo habitual, que será nuestra capacidad de resolver problemas y con paciencia lo que defina el éxito o fracaso de nuestro negocio.
Éxito fantasma
Otro de los grandes errores que cometen los emprendedores cortoplacistas sucede cuando el negocio arranca con buenas ventas y aceptación, dejando buenos márgenes de utilidades, entonces, el emprendedor se confía demasiado y empieza a descuidar los movimientos competentes, la búsqueda de apertura de nuevos mercados, la innovación, la diversificación y la escalabilidad de la empresa.
Sumergido en un éxito fantasma, suele reaccionar cuando los gastos superan los márgenes de utilidades y las ventas se han reducido desastrosamente.
Consejo
Sin importar que tan bien o mal vaya nuestra idea de negocio, debemos tener muy en cuenta que lo que estamos creando es algo grande, más grande de lo que lo soñábamos y que nunca debemos apartar nuestra atención de nuestros procesos, siempre buscando aspectos para mejorar y mantener una buena línea empresarial.
Ausencia de reinversión
Como buenos apasionados por los negocios, soñamos con generar buenas utilidades con nuestras ideas y tener esa vida que siempre hemos soñado, eso no esta mal y es en muchos casos el impulso que nos motiva a trabajar más y más duro, sin embargo, en ocasiones esto puede llevarnos a que nuestros negocios fracasen.
Los creadores de las grandes empresas del mundo aplazaron un poco los lujos y las cosas materiales a pesar de obtener grandes sumas de utilidades, estas utilidades eran re invertidas en la empresa, lo que hizo que con este capital de inversión los negocios se hicieran cada vez más y más grandes.
El emprendedor cortoplacista suele gastar todas sus utilidades y mantener su negocio en la línea de funcionamiento, quedándose fácilmente sin capital cuando hay daños o las ventas disminuyen.
Consejo
Mi consejo es que, aunque trabajas muy duro y te mereces todo eso que sueñas, al principio trates de re invertir lo más posible en tu idea, cubriendo tus gastos básicos de vida y haciendo que tu empresa sea cada vez más grande y productiva, pues al final de ella no solo comerás tú, sino tus hijos, tus nietos y hasta los hijos de tus nietos.
Conclusión
El ser humano tiene un pensamiento guiado a la obtención de ganancias y beneficios inmediatos, sin embargo, en el entorno emprendedor y de los negocios debemos enfocarnos siempre a la búsqueda de utilidades que nuestro negocio pueda generar a largo plazo.
Trabajando con paciencia, ambición y disciplina, poniendo todo nuestro esfuerzo en nuestro equipo de trabajo, en nuestros colaboradores, nuestros clientes, nuestro producto y pensando siempre en que esa idea que te apasiona no solo te cambie la vida a ti, sino a todos los que te rodean y ¿por qué no? Al mundo.
¡Nunca dejemos de soñar en grande!
Fuente: Emprendices