Sí, se vale equivocarse y empezar de cero, pero hazlo con un propósito
Son pocos los que después de haber llegado a lo más alto de su carrera profesional, con una vida cómoda, resuelta, una casa de ensueños y una familia adorable, se animaron a mirar hacia atrás, a observar la huella que dejaron y se atrevieron a cambiar esa fórmula que los llevó al éxito.
Se necesita coraje y mucha confianza para indagar en el pasado y cuestionarse qué cambiar, más cuando el recorrido fue prometedor. Mariano Leguizamón, un argentino de cuarenta y siete años es, sobre todo, un emprendedor con espíritu aventurero, un audaz con valores intachables que siempre buscó dar un paso más allá de lo esperado. Esta es su historia.
Hoy, Mariano es director de la única agencia publicitaria de Argentina que obtuvo la certificación de empresa B, es decir, que pertenece a un movimiento global que busca además del éxito económico, lograr un impacto positivo en el ámbito social y ambiental. “Ser una empresa B no nos convierte en los mejores del mundo, sino en los mejores para el mundo” dice con orgullo.
Pero este logro no fue casualidad ni fruto del azar. Ese cambio de conciencia le movió la estantería justo cuando había tocado el cielo con los dedos. Es que después de haber trabajado en productoras de cine, en agencias de publicidad, después de haber saboreado el mundo de la radio y de la televisión, de haberse relacionado con profesionales de primera línea, y de haber ganado varios premios con marcas de renombre, algo lo descolocó. Una crisis y un replanteo profundo lo llevaron a adentrarse en el mundo de las marcas con propósito, en el universo de la “evolución de las ONGs”, como le gusta llamarlo a él.
Cuando la crisis se transforma en oportunidad
Su natal Argentina se incendiaba a causa de un gran debacle, una crisis económica monumental que hizo tambalear el tablero político y económico del país. El valor del dólar aumentaba sin piedad y la sociedad entera se desesperaba al ver cómo sus ahorros se escurrían por una inflación galopante.
Violencia en las calles, saqueos a comercios y bombas molotov en las esquinas. Mariano recuerda ver desde el living de su casa cómo la gente corría detrás de changuitos repletos de comida, huyendo del robo a mansalva de supermercados. El cimbronazo también había tocado su corazón.
“¿Qué estoy haciendo yo para que esta situación mejore?”, se preguntaba Mariano. Necesitaba ponerle alma a su trabajo, encontrar un porqué y redefinir el sentido de su profesión. Descubrió la inspiración en un colega, Guillermo Cano, que en aquel entonces se dedicaba a hacer campañas de bien público y siguió su ejemplo: por fin usaría su creatividad para causas nobles y valiosas y no solamente para vender productos. El engranaje comenzaba a activarse.
Empezó a trabajar en su nuevo perfil y como primer puntapié colaboró en la creación de campañas para fundaciones y asociaciones sin fines de lucro. Se empapó, de primera mano, de lo que significaba estar detrás de la comunicación de causas nobles. Sabía que posicionarse en este rubro era un camino arduo, nunca fue fácil comenzar de cero, pero cuando la rutina llena el corazón, cualquier esfuerzo merece la pena.
De a poco fue ganando experiencia y sumando clientes que confiaron en él, en su talento y en sus buenas intenciones. Uno de los primeros proyectos que tuvo entre sus manos fue el de hacer visible a Rugby Solidario, una ONG que tiene como misión otorgar becas de estudio a jóvenes de escuelas rurales en medio del monte de Santiago del Estero, una de las provincias más pobres de ese país a través de la incorporación de los valores del rugby como estandarte.
Y las oportunidades fueron llegando: Ashoka, Red Solidaria, La Usina. Se iba surcando un camino y se animó a crear su propia agencia de publicidad con foco en el impacto social y ambiental. En el 2008 nació Salommon, Ideas en Acción.
Creatividad al servicio de aquello que vale la pena
Para obtener la certificación en B Corp es necesario pasar por una evaluación conjunta de todas las áreas de la empresa que corrobore que la totalidad de sus procesos apuntan al triple impacto: económico, social y ambiental. Mariano logró certificar esta empresa en 2015, año en que además nacieron sus mellizas, Vicky y Mora, las más chiquitas de sus cinco hijos. Nuevos aires renovaban las esperanzas de este publicista que asegura que este paso es tan solo el inicio y el puntapié para hacer publicidad con el corazón y evolucionar hacia una mejor versión de la empresa.
“Somos humanos y también nos equivocamos. Lo importante es reconocer el error y aprender de ellos para mejorar como personas, en nuestro primer metro cuadrado, y como sociedad. Si cada uno hace su parte desde el lugar de la cancha en la que le toca jugar, llegaremos a ver un mundo mejor”, asegura.
Reconoce que todavía hoy el equilibrio entre lo social y lo económico cuesta, pero estos años de crisis le sirvieron para adquirir conocimientos y herramientas como Sociocracia y Google Design Sprint, que aceleran procesos creativos con innovación y mejoran así la rentabilidad. A Mariano le queda mucho camino por recorrer, pero tiene el foco puesto en convertirse en un HUB de innovación social y ambiental con la creatividad como bandera. En el fondo de su corazón, él lo tiene claro: ninguna decisión altruista queda sin su recompensa. Ahora toca afinar el lápiz y ser parte de los que quieren un futuro mejor.
Fuente: Entrepreneur