Tres consejos para un joven empresario
Aquí tres consejos que, aunque puedan parecer obvios, siempre es bueno tomarlos en cuenta. Sin duda, tenerlos presente ayudarán a que cualquier empresa sea un éxito.
El primero es que, en lugar de pensar en tu producto, en tu servicio, en tu solución; te centres en los problemas de tus hipotéticos clientes. Pero no en los que tú crees que son sus problemas sino en sus verdaderos problemas: coge la puerta y vete a ver a diez, veinte o treinta de esos que crees que son tus clientes. Pregúntales cuáles son sus tres principales problemas y cierra la boca. Anota todo lo que digan. Cuando varios repitan lo mismo, tienes lo más importante: un problema que vale la pena resolver.
El segundo es que les ofrezcas una solución que responda exactamente a ese problema que has detectado y que lo haga de una manera innovadora. Es decir, que lo que tu producto o servicio les ofrezca sea más rápido, más barato o, en cualquier caso, mejor que las soluciones de las que disponen ahora mismo. Por cierto, hay un truco para saber si realmente tu producto soluciona el problema de tus futuros clientes: pregúntales si lo utilizarían si fuera totalmente gratis.
Finalmente, y ésto es lo más importante, después de encontrar el encaje entre el problema y la solución tienes que averiguar si tienes un negocio, si tienes un modelo, un sistema por el cual tu proyecto es sostenible. Tienes que preguntarles si pagarían por esa solución que les has planteado.
Si esos que tu crees que son tus clientes te contestan afirmativamente a estas tres preguntas puedes estar bastante seguro de que no tienes tan solo una buena idea sino una buena idea para un emprendimiento.
Fuente: FranciscoPolo.com